La limahoya es una de las partes más importantes en la estructura de un tejado. Nos referimos con esta pieza a la línea de unión entre dos vertientes del tejado que forman un ángulo agudo. Una línea en la que se encuentran los dos planos inclinados del tejado y que es vulnerable a filtraciones de agua y otros problemas de impermeabilidad.
Además de su función práctica, la limahoya le confiere al tejado un aspecto mucho más estético. No en vano, está considerado también un elemento decorativo de la estructura. Mantener la limahoya en buen estado es fundamental para evitar filtraciones y otros problemas estructurales en el tejado.
Principales diferencias entre limahoya abierta y cerrada
La limahoya se divide entre abierta y cerrada. La primera de ellas se caracteriza por tener un espacio abierto en la cumbrera del tejado, lo que le va a permitir disfrutar de una mayor ventilación y entrada de luz natural. Un diseño que resulta ideal en zonas de clima cálido, ya que ayuda a mantener la temperatura más fresca en el interior de la estructura.
La limahoya cerrada, por su parte, presenta una estructura continua en la cumbrera y sin aberturas. De esta forma, se protege mejor contra la lluvia y otros fenómenos climáticos. Este diseño está más indicado para aquellas zonas de lluvias frecuentes o climas más fríos. Ya en una ocasión vimos las diferencias entre limahoya y limatesa.
Ventajas e inconvenientes de la limahoya abierta
Una de las principales ventajas de la limahoya abierta es que facilita la ventilación natural del tejado. Una característica que ayuda a reducir la acumulación de calor y humedad en el interior y que mejora el confort térmico de la vivienda. Además, permite una mayor circulación de aire para prevenir problemas como la condensación y la formación de moho.
Por contra, la limahoya abierta puede permitir la entrada de agua en caso de fuertes precipitaciones. Una situación que podría dar lugar a posibles filtraciones y daños en el tejado. Para solucionarlo, nada mejor que colocar canalones o deflectores.
Ventajas e inconvenientes de la limahoya cerrada
La limahoya cerrada proporciona una excelente protección frente a las filtraciones de agua y las inclemencias del tiempo. Su diseño sellado evita la entrada de humedad y minimiza los riesgos de goteras. Además, la limahoya cerrada presenta un aspecto estético y uniforme más que interesante al tejado.
En cambio, su construcción requiere de una mayor cantidad de materiales y mano de obra, por lo que los costes de la instalación se encarecen. Además, si no se realiza un mantenimiento adecuado, la acumulación de hojas y suciedad en la limahoya cerrada puede obstruir los desagües y causar problemas de drenaje.
¿Cómo se instala una limahoya abierta?
Para instalar una limahoya abierta, lo primero que debes hacer es elegir el mejor lugar del tejado para colocarla y disponer de todos los accesorios de instalación. A continuación, se sitúa la limahoya abierta en la posición correcta y se asegura con clavos o tornillos.
Es muy importante que puedas garantizar que la limahoya está bien nivelada y sellada para evitar filtraciones de agua. Por último, ya solo queda volver a colocar los materiales del tejado alrededor de la limahoya y sellar correctamente.
¿Y una cerrada?
La instalación de la limahoya cerrada es muy similar a la de la limahoya abierta. No en vano, tendrás que buscar, en primer lugar, el mejor lugar del tejado para su colocación. A continuación, hay que cortar un espacio en la superficie para encajar la limahoya de forma segura.
Por último, se aplica un sellador impermeable alrededor de los bordes para evitar filtraciones y se realizan pruebas para comprobar que está perfectamente instalada.